No es cierto que en un piso sólo puede haber perros pequeños. Lo he escuchado muchas veces y soy consciente de que es una de las falsas creencias más habituales. No es cierto, igual que pasa con la gente, lo mas importante es el carácter del animal. Pero es una falsa creencia que conduce a que fantásticos perros de gran tamaño se pudran en perreras y protectoras con muchas menos posibilidades de encontrar un hogar.
Lo he dicho ya aquí varias veces, hay perros pequeños que son puro nervio y tienden a ser como diablos de tasmania en miniatura, todo bullicio y destrozo. En cambio hay canes de tamaño mediano o grande con complejo de alfombra que no darán ni gota de guerra.
Yo he convivivido con un hombre de más de noventa kilos en un piso de noventa metros cuadrados y os aseguro que podía estaba allí perfectamente, igual que el cruce de pitbull que teníamos por entonces. Mis mejores amigos tenían un mastín enorme en un piso de un dormitorio y luego tuvieron un golden retriever tamaño XL.
Y sí, todos los perros necesitan pasear y hacer ejercicio por su salud física y mental, pero un pequeño terrier puede necesitar más ejercicio que un enorme mastín.
He visto a perros de siete kilos tirar como desesperados de la correa, convirtiendo el paseo de unos abuelos en un suplicio. Mientras que hay perros grandes a los que se puede llevar con la correa colgada del meñique y que dan los mismos problemas caminando que el bolso.
Hay además otro factor a tener en cuenta: si hay niños en casa, sobre todo si son pequeños, es absolutamente recomendable un perro de al menos 15 kilos para que soporte de buen grado sus efusivas muestras de afecto.
Un perro mini, por muy bueno que sea, es muy probable que no tolere que le intenten arrancar cariñosamente las orejas, le tiren de la pata hasta el límite de la luxación para sacarle de su escondite o le abracen asfixiándole. Lo más fácil es que acabe mordiendo al niño o huyendo constantemente de él.
Por regla general los animales grandes tienen un carácter más equilibrado que los muy pequeños. Es lógico si os paráis a pensarlo, son años de selección genética buscando animales de físico poderoso que los humanos teníamos que poder manejar. Con uno pequeño al que puedes ignorar cuando te amenaza hemos sido más indulgentes durante generaciones.
Claro que hay inconvenientes con un perro grande, el principal es que come mas pienso y eso sale mas caro. También es posible que al viajar con él haya lugares que admiten perros pequeños y no de gran tamaño, aunque confío en que sea cuestión de tiempo que eso cambie y nos equiparemos a otros países. Pero mirad la cara de la hermosa perra que hoy os traigo y valorad si eso es excusa para negarle un hogar.
Sandy es una impresionante mastina de apenas un año de edad que fue a parar a la perrera y ahora necesita una familia.
Por su tamaño y su estado, tenía escasas posibilidades de salir adoptada por lo cual su sacrificio estaba cerca. Ahora fuera de la perrera su vida ha cambiado,esta comiendo comida especial para rellenar sus costillas, pues para ser una mastina esta muy por debajo de su peso. Es juguetona, le encantan los niños y se lleva bien con perros. Negativa a leishmania.
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